Terapia de pareja, ¿cómo os puede ayudar?

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¿Sabías que según el Instituto de Política Familiar, 7 de cada 10 matrimonios se separan? No son datos muy alentadores. Por ello he decidido preparar esta guía sobre la ayuda que supone la terapia de pareja para muchas personas que se encuentran con dificultades en sus relaciones.

La terapia de pareja más que nunca nos ayuda a tomar consciencia de las elecciones que hacemos a la hora de compartir nuestra vida con otra persona, cómo transitar el camino del amor y la convivencia, y cuándo es momento de abandonar ese barco que se hunde sin remedio.

Si estás leyendo esta guía es probable que te encuentres con dificultades en tu relación, planteándote si solicitar ayuda a un psicólogo para parejas y no sabiendo muy bien en qué y cómo te puede ayudar la terapia matrimonial.

En este rato que vamos a pasar juntos, te ayudaré a solventar las dudas más habituales respecto de la terapia de pareja, hablaremos de los problemas más frecuentes y te proporcionaré técnicas para que podáis poneros en marcha hacia una solución.

¿Estás preparado? Vamos allá.

¿Qué es la terapia de pareja?

La terapia de pareja es uno más de los servicios y abordajes que ofrece la psicología para mejorar la calidad de vida de las personas. Es una modalidad de terapia que se aplica simultáneamente a dos personas que mantienen una relación íntima. 

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La terapia para parejas busca:

  • Mejorar la comunicación y el entendimiento en pareja.
  • Ayudar a resolver las diferentes tensiones y conflictos.
  • Mejorar la empatía y la conexión entre los miembros.
  • Reestructurar dinámicas no saludables y construir otras más positivas.
  • Reconducir, reparar y/o recuperar la sexualidad y la intimidad.
  • Indagar sobre la historia pasada de cada uno y ver cómo influye en el presente.
  • Ayudar a las parejas en crisis a recomponer la relación o a tomar una decisión respecto de la posible separación. 

Cuando los miembros de una pareja consultan a un especialista en terapia de pareja, es porque se han encontrado con un cúmulo de tensiones que no están pudiendo resolver por sí solos. Esto hace que los conflictos se enquisten aún más y que el futuro de esa relación sea un tanto incierto. 

Y, por si fuera poco, cada miembro de la pareja trae consigo un pasado en su trayectoria individual y una historia respecto a su familia de origen, que puede y debe ser tenida en cuenta en el encuentro de la terapia de pareja.

Por esta razón se dice que una relación de pareja no la componen dos personas, sino seis. Los dos miembros de la pareja, más el padre y la madre de cada uno de ellos.

Así pues, aunque la terapia completa para parejas atienda en las sesiones de forma simultánea a los dos miembros, es esencial indagar sobre la historia personal de cada uno y la influencia que está teniendo en el intercambio y convivencia con la pareja. Para poder realizar este abordaje, es importante reservar un espacio dentro del proceso para intercalar sesiones individuales.

Puede que te estés preguntando qué pasaría o qué hacer si uno de los miembros de la pareja no quiere acudir a terapia (una situación que suele ser frecuente). En este caso, sigue leyendo porque hablaré más delante de esta circunstancia y cómo gestionarla.

Y ahora que sabes qué es una terapia matrimonial o de pareja, me gustaría explicar qué no lo es.

Lo que no es terapia de pareja:

  • No es un espacio en el que se dirá a la pareja lo que tiene que hacer.
  • El terapeuta para parejas no tomará decisiones sobre la vida de esas dos personas. Por ejemplo, sobre si se tienen que separar o no.
  • No se darán opiniones personales sobre la relación de pareja.
  • El terapeuta no hará de juez, determinando quién tiene la razón. 
  • Las sesiones no son un espacio para prolongar las discusiones que se tienen en casa.

El papel de un terapeuta de parejas es facilitar la resolución de conflictos, promover el cambio hacia interacciones más positivas entre los miembros y proporcionar pautas para la mejora de la comunicación, del tiempo en pareja y de la intimidad-sexualidad. 

Si a ti o a tu pareja os inquieta hablar con un “extraño” de asuntos muy íntimos y delicados, recordad que la misión de un psicólogo de parejas, no es juzgar ni criticar.

Como profesionales de la psicología y de las personas, estamos para ayudar y acompañar con toda nuestra empatia y respeto. 

El espacio de terapia es un espacio para y por la pareja, para que toméis consciencia del momento que atravesáis, cuáles son las causas de las dificultades que arrastráis, sacando aprendizajes y llevando a cabo soluciones de la mano de un profesional especializado.

¿A que ahora lo ves de forma diferente? Genial, seguimos con el siguiente punto: los problemas de pareja más comunes.

Los problemas frecuentes a los que se enfrentan las parejas

Las discusiones reiteradas, la rutina, el malestar en la convivencia, problemas en la sexualidad o las infidelidades, son los motivos más comunes por los que una pareja decide ir a terapia para salvar su relación o, al menos, intentarlo. 

Y a éstos se añaden unos cuantos más como: 

  • Falta de confianza.
  • Celos.
  • Falta de comunicación.
  • Problemas financieros.
  • Estrés relacionado con el trabajo.
  • Conflictos familiares.
  • Diferentes objetivos y valores.
  • Diferentes estilos de crianza.
  • Cambios vitales de todo tipo.

Son muchas las parejas que atraviesan crisis, aunque cada situación es única y podríamos añadir otras tantas dificultades a esta lista. 

Lo importante es entender que problemas aparentemente menores, pueden enquistarse y bloquear el fluir natural y cómodo que debería predominar en una relación.

En la atención y práctica con las parejas que acuden a mi consulta, a menudo me encuentro con que en realidad los problemas importantes residen en la deficiente o inadecuada comunicación y la falta de empatía. 

No es tanto el asunto sobre el que discuten sino cómo discuten.

Aprender a comunicarse de una forma más positiva y eficiente no implica que la pareja no tenga que enfrentar conflictos y tensiones, pero sí ayuda enormemente a que los resuelvan mejor, más rápido y sin tanto consumo de energía y cúmulo de incomodidades.

Por lo tanto, al margen de las dificultades que la pareja traiga a consulta, la lección número uno será la comunicación, uno de los pilares angulares de toda relación.

Y algo muy importante que no debemos obviar como profesionales que estamos acompañando a la pareja en su proceso de terapia, es revisar problemas, heridas y asuntos no resueltos que han acabado formando una nebulosa un tanto oscura de rencores, traumas y dolor no tratado ni digerido.

Otras veces se trata de expectativas no cumplidas que acarrean grandes frustraciones, y otras se trata de idealizaciones y mitos respecto del amor que no se ajustan en absoluto a la realidad del intercambio afectivo y sentimental entre dos personas que deciden unir su camino.

En estos casos es necesario ayudarles a reajustar estas creencias y actitudes para que el transitar de su vida en común sea más realista, quizá algo más deslavado, pero que otorgue más verdad y disfrute.

A parte de los motivos y problemáticas por las que una pareja acude a terapia, también me gustaría reflejar la importancia de valorar tres situaciones:

La pareja define el vínculo como positivo, amoroso y comprometido, y solicita acompañamiento para solucionar los conflictos.

Una de las partes cuestiona el vínculo amoroso.

Los dos miembros tienen indefinida la situación de pareja y se muestran ambiguos.

En las dos últimas circunstancias habría que comenzar por definir el vínculo que mantienen y cómo lo vivencia cada uno de los miembros, ayudarles a que se posicionen respecto de lo que pretenden con la terapia para parejas, llegar a acuerdos sobre los objetivos en las sucesivas sesiones y clarificar el grado de compromiso de ambas partes.

Aunque pueda parecer lo normal, no podemos dar por sentado que las dos partes de la pareja quieren seguir con la relación, y eso es algo que también habrá que valorar.

¿Cuándo acudir a terapia de pareja?

El momento en el que una pareja decide solicitar ayuda a un profesional, personalmente, me parece una de las variables más importantes y que en muchas ocasiones determina el resultado de la terapia. 

Hay parejas que acuden a terapia cuando empiezan a ver que algo no está yendo como esperaban, pero en la mayoría de los casos se espera una media de entre cinco y seis años. Cuando se espera tanto la relación ya está excesivamente cargada y/o desgastada. 

La recomendación es acudir cuando detecten los primeros problemas, cuando sientan la necesidad de solucionarlos y comprueban que por ellos mismos no son capaces.

En este momento, es clave sintonizar con el objetivo de la terapia, es decir, que ambos quieran resolver las dificultades y superar el bache

Si una de las partes se posiciona principalmente en la opción de dejarlo, hay que proponer a la pareja otra meta, por ejemplo, acompañamiento durante el proceso de separación, sobre todo si anticipan serias dificultades de entendimiento o hay hijos en común.

De hecho, según José Bustamante, secretario general de la Asociación Española de Especialistas en Sexología y autor del libro: “¿En qué piensan los hombres?”, el porcentaje de éxito de una terapia de pareja está en torno al 70%. Este porcentaje aumenta significativamente si la pareja solicita antes la ayuda, como mucho, dos años después de que aparezcan los primeros problemas.

Mi recomendación es no obviar los problemas y no esperar demasiado para pedir ayuda.

No es muy buena idea llegar a la terapia de pareja como último recurso para salvar la relación, cuando ya hace aguas y está a punto de hundirse. Te animo incluso a usar este recurso terapéutico para mantener en forma la relación, bien fortalecida y abriéndose al aprendizaje y adquisición de nuevos recursos para cuando haya roces y os tengáis que enfrentar a dificultades o malos momentos

Muchas veces la diferencia entre poder continuar en una relación de pareja por la que has apostado o verse abocados a una ruptura, es la decisión de acudir a terapia. En ella, se puede revisar el estado y calidad del vínculo, profundizar en la causa de las dificultades y fortalecer los puntos favorables. 

Este ejercicio es complicado y cuesta identificar los cambios a implementar así que, ¿por qué no pedir ayuda?

6 ejercicios de terapia de pareja para poner en práctica

Después de haber desgranado qué es y para qué sirve una terapia de pareja, además de describir los motivos por los que las parejas pueden o deberían reclamar esta ayuda, saltamos al reto de poner en práctica 6 herramientas para reparar y/o fortalecer la relación. 

Porque no basta con acudir a terapia, escuchar al terapeuta para parejas y estar predispuestos:

Es importante poner la voluntad y motivación en el día a día para llevar a cabo cambios en diferentes áreas.

Cuando la pareja se dispone a comenzar un proceso de terapia, el terapeuta de pareja adapta la consulta a cada caso particular y a sus dificultades y necesidades.

Lo que voy a hacer en este apartado es compartir contigo las 6 técnicas para parejas que considero esenciales y que, seguramente, te vendrán bien al margen de la problemática que arrastréis como pareja.

Vamos a por ellas.

1. Mirarse a los ojos, sonreírse y abrazarse

Para combatir el distanciamiento por el paso del tiempo, la rutina o tensiones diarias (externas o internas a la relación de pareja), es importante alimentar el acercamiento y el encuentro. Nos sentimos atendidos cuando nos miran, reconocidos cuando nos sonríen y aceptados cuando nos abrazan.

Mirar a los ojos a la pareja, sonreírla más a menudo y abrazarla con ganas abre puentes ante la distancia emocional y afectiva.

Cuando entras en casa o te encuentras con tu pareja, recuerda mirarla a los ojos, despliega una sonrisa, aunque no hayas pasado el mejor día y acércate para tocarla o abrazarla. 

Que sea lo primero que hagas. Que esta actitud no sea algo puntual, sino habitual y recurrente. Y recuerda que es importante tomar la iniciativa de forma alterna. Que no sea siempre el mismo el que genera este acercamiento.

2. Intercambiar caricias emocionales

Las caricias no solo podemos proporcionarlas o recibirlas mediante un lenguaje físico.

Las caricias emocionales consisten en expresar palabras o gestos de admiración, gratitud o refuerzo positivo hacia tu pareja.
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Se trata de reconocer aquello que hace bien, que te agrada o que aporta valor a la relación. Es importante hacerlo con sinceridad y naturalidad. No consiste en destacar algo extraordinario, se puede valorar igualmente pequeñas acciones o comportamientos en lo cotidiano. 

Las palabras tienen mucho poder para quien las recibe, pero también para quien las emite. Pueden cambiar el enfoque y la realidad de lo que vivimos

Por ejemplo, si en este momento me estáis leyendo juntos, os animo a que os digáis el uno al otro algo que ha hecho la otra persona hoy que te ha gustado, o una actitud habitual que aporta algo positivo a la relación o genera un impacto agradable.

Haced la prueba y comprobaréis cómo os sentís más queridos, cuidados y reconfortados.

3. Elaborar una lista de virtudes de la pareja y de fortalezas de la relación

Poner foco solo en lo negativo para poder corregirlo o eliminarlo ni es suficiente ni la estrategia más efectiva. 

Es necesario fijarse y centrarse en aquello que nos gusta del otro y/o en aquellas cosas buenas y satisfactorias que nos gustan de nuestra relación.
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Para ello te propongo que elaboréis por separado una lista con las virtudes y cualidades positivas del otro miembro de la pareja y una lista con las fortalezas de vuestra relación. Al acabar, se trata de intercambiarla y hablar de ello, daros las gracias o expresar lo que sentís al respecto.

Este tipo de dinámicas son muy útiles para alejarse del error habitual de valorar la relación actual respecto de los orígenes de la misma donde había pasión. En una etapa más avanzada las fortalezas poco tienen que ver con las pasiones, sino que están relacionadas con la estabilidad, el respeto, la confianza y la buena comunicación, entre otros valores relacionales. En este caso el valor que se ejercita es el de la admiración.

Puede que en un primer momento la atracción estuvo más relacionada con la diversión o con la iniciativa de proponer planes, y ahora lo que valoras de tu pareja es su escucha y comprensión, por ejemplo. ¡Pues adelante, díselo!

4. Compartir planes y actividades divertidas

El intercambio de emociones positivas en una pareja es fundamental. No solo se comparten obligaciones, cargas laborales o cuidado de los hijos, ¿verdad? 

Poder hacer algo divertido juntos y que eso provoque risa, relajación o interés, promueve un estado diferente y totalmente necesario en una relación.
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Se trata de abrir espacio para estas actividades. Puede ser aprender a bailar, patinar, apuntarse a clases de escritura creativa, reservar un fin de semana para ir al teatro, una excursión por el campo, ir a jugar al billar, a los dardos o a los bolos… La elección la dejo al criterio de vuestra creatividad y gustos. 

Lo que propongo es comprar unas cuantas tarjetas de cartón y repartirlas entre 10 y 15 para cada uno. Luego hay que escribir por separado en cada una de ellas un plan, actividad o preferencia. Se vuelcan todas en una pecera, caja de cartón o similar, y se van extrayendo cada vez que queráis realizar un plan o busquéis un hobby que compartir.

No hay que rivalizar sobre qué plan es mejor o qué afición es la más conveniente. El objetivo es crear acercamiento y espacios de contenido y sensaciones más positivas. 

5. Entrenar la capacidad de negociación y concesión

Una pareja es un tándem, un equipo. No estáis para competir entre vosotros. Desarrollar la capacidad para empatizar y con ello llegar a acuerdos mutuos, ahorra mucho malestar y muchos conflictos. 

En aquellos aspectos en los que existen diferencias evidentes, conviene potenciar la búsqueda de una solución que suponga un beneficio mutuo para ambos. 

En demasiadas ocasiones estamos más pendientes de llevar la razón que de llegar a un acuerdo. Mejor centrarse en la solución y no en el problema y en las diferencias.
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Como pareja, podéis realizar múltiples propuestas o lluvia de ideas, esto ayuda a ampliar la visión de la situación. 

Y en este planteamiento, no es saludable que siempre sea una parte la que ceda o conceda más de él o de ella. Te propongo intercambiar los papeles y estar atentos cada uno de vosotros a si el otro ha cedido más esta vez. Apúntalo, tenlo en cuenta, para ser tú el que la próxima vez puedas conceder beneficio al otro. 

En más de una ocasión tú y tu pareja no estaréis de acuerdo y tendréis que recurrir a esta herramienta.

6. Cómo comunicarse en un momento de tensión

Ante un conflicto o momento de tensión es esencial usar técnicas que ayuden a guardar la calma y a comunicarse de una manera más eficaz.

Cuando las emociones están disparadas no es momento para mantener una conversación, porque más que dialogar acabamos discutiendo acaloradamente y no llegando a un acuerdo. Es mejor dejarlas reposar, ir a otra habitación para alejarse momentáneamente el uno del otro y calmarse. 

En ese rato se trata de pensar qué es lo que queréis decir y cómo lo queréis decir, identificando y siendo conscientes de la emoción que se ha despertado a raíz de la polémica y de pensar en una propuesta o solución que ayude a acercar posturas. 

Y cuando salgáis de la habitación id con un compromiso, el de escuchar a la otra parte. Uno de los puntos clave y uno de los más debilitados en las parejas, es el de la capacidad de escucha.

Proponte escuchar y empatizar con la otra parte. Recordad que sois un equipo y que el gol lo tenéis que meter en la misma portería.

Claves de cualquier ejercicio de terapia de pareja

Para obtener resultados con estos ejercicios que he planteado, es vital poner foco en ellos y practicarlos. Lo que no se usa no se asimila, ni se interioriza, ni se pone en práctica. Aquello que absorbemos y queda fijado como un hábito crea una actitud en la vida. Es la forma en la que cambiar la sintonía de una relación de pareja. 

Te animo a que os pongáis de acuerdo y os preguntéis mutuamente si tenéis ganas de cambiar aquello que no funciona y salir de esos bucles negativos. Será el comienzo para crear otro tipo de convivencia y forma de quereros distinta. 

Si sientes que ya estáis muy bloqueados en la relación y que no podéis avanzar por vosotros mismos, seguramente es necesario que un profesional adapte las dinámicas oportunas a vuestra casuística. 

No aplaces la cura a vuestra relación por más tiempo. Toma acción.

Preguntas frecuentes sobre la psicología para parejas

Por último, no quiero acabar esta guía sin dejar algunas de las preguntas que con más frecuencia me hacen en relación a este tipo de terapia. Espero que te ayuden a despejar las duda que puedan quedar.

¿La terapia de pareja funciona?

La Association of Marriage and Family Therapists de EEUU señala que tres de cada cuatro parejas que acuden a terapia detectan una mejoría en su relación. A título personal, comentaré que un porcentaje altísimo mejora también a nivel individual y ese avance se refleja en otros ámbitos de la vida, como el social, el laboral, etc.

Ahora ya sabes que para comenzar la terapia con mayores posibilidades de éxito, el punto de partida es clarificar cuál es el verdadero problema y ver la coincidencia de ambos en sus perspectivas. Generalmente, detrás de la queja por excesivas discusiones se vislumbran problemas, decepciones y heridas enquistadas que hay que atender para la evolución de la terapia matrimonial. 

En una terapia de pareja se crea un espacio para reflexionar de forma consciente sobre la relación y las personas pueden llevar a cabo un proceso de introspección y de conocimiento mutuo. La pareja puede descubrir aspectos de ellos mismos y de la relación que habían pasado desapercibidos. Y todo ello guiado por un profesional que acompaña, orienta, apoya y guía a los protagonistas de esta historia. 

Aunque la buena labor del psicólogo para parejas es esencial, la implicación de los protagonistas en la terapia es clave para poder observar resultados visibles.

Cuando la pareja llega a terapia tienen muy claro cuál es su discurso respecto a cómo son las cosas, pero no son del todo conscientes de cómo percibe la realidad la otra parte. Y este es un aspecto clave para que podamos generar cambios. 

Los problemas de pareja no se solucionan culpando al otro y evitando la propia responsabilidad. La comunicación, la comprensión y la empatía son ingredientes muy importantes para avanzar.

Para ayudarte a confiar en la terapia para parejas voy a citar algunos mitos. De esta manera, acercarse a una terapia de este tipo será más fácil sin expectativas desajustadas.

1

La terapia de pareja va a solucionar todos nuestros problemas y es la salvación a nuestra relación.

La terapia de pareja es un medio, no es la solución ni la salvación mágica de la relación en ningún caso. Los responsables de todo ello son los participantes y lo que hagan con las herramientas que les proporciona el profesional. El avance y la mejoría depende mucho más de la implicación y voluntad de la pareja, y de la manera en que se apoyen y utilicen la terapia.

Y tampoco evita que surjan problemas de nuevo, sino que aporta a la pareja los recursos necesarios para resolverlos con mayor destreza y más acompasados. 

2

Es un recurso para utilizar siempre que hay problemas de pareja.

Os voy a dar otro dato de un estudio presentado por la universidad de Illinois. Y es que alrededor del 15% de las parejas que siguen juntas, a veces lo hacen por hábito más que por afecto. De esta manera desarrollan patrones para quedarse más tiempo del necesario en esa relación, creando conductas que pueden llegar a afectar su autoestima a largo plazo.

Es frecuente que acudan a terapia parejas que en realidad lo que mantienen es una relación tóxica y se empeñan en mantenerse juntos más por dependencia emocional que por un vínculo de amor, cuidado y respeto.

Hablando claro… si de entrada esa pareja realizó mutuamente una muy mala elección y por lo tanto no hay ni afinidad ni entendimiento, si la relación funcionó mal desde el comienzo, si se dañan conscientemente y su modo de relacionarse es tóxico y perjudicial, lo que habría que plantearse no sería una terapia de pareja, sino una terapia individual para descubrir las razones que les hacen permanecer juntos ante semejante escenario.

La terapia de pareja está orientada para reparar, mejorar y fortalecer vínculos entre personas que se quieren y desean mejorarse y con ello mejorar la relación. No para mantener relaciones destructivas a toda costa y pedir además que el profesional colabore en ello.

3

El terapeuta determinará quién tiene la razón y quién es el más bueno de los dos.

El papel del psicólogo es el de mediador y facilitador. No es un juez que determina quién tiene la razón y condena al culpable. 

El terapeuta para parejas te ayudará a comunicaros, escucharos y entenderos mejor. Podrá aportar mayor perspectiva a la hora de observar los  problemas, dotándoos de herramientas como hemos comentado antes. 

No hay juez, ni culpables ni unas razones más válidas que otras. En lo que se interviene es esa relación y ese intercambio que vive entre los dos miembros y que a veces cuesta gestionar. Se alude a la responsabilidad e implicación de ambos.

4

Si vamos a terapia no volveremos a discutir ni atascarnos en los mismos problemas.

Éste es otro gran mito, que además genera bastante frustración a los participantes del proceso. Comienzan la terapia y se dan cuenta que siguen surgiendo conflictos y desavenencias. 

Entre los objetivos de la terapia nunca se alude a que una pareja no discuta, sino que cuando lo hace sepan cómo gestionarlo para llegar a acuerdos de una forma más fácil y sin tanta incomodidad. El objetivo es que aprendan a elegir sus batallas, a consensuar, negociar y a comunicarse y empatizar en mayor grado.

La clave está en desarrollar mayor grado de consciencia sobre uno mismo para detectar los puntos de desencuentro y las emociones que provocan, y aplicar en ese momento las pautas aportadas por el profesional en terapia y las técnicas entrenadas en las sesiones de pareja.

¿Se puede hacer terapia de pareja online?

La respuesta es sí. El proceso se puede llevar a cabo de la misma manera y con los mismos resultados que en una terapia presencial.

De hecho, tras la pandemia mundial a raíz del Coronavirus, muchos de los servicios ofrecidos desde los espacios de profesionales de la psicología, han sido puestos en marcha a través de plataformas online. 

No supone ningún impedimento y es más una cuestión de preferencias que de eficiencia respecto del formato a usar.

¿Es necesario que colaboren los dos miembros en terapia de pareja?

Para que una terapia de pareja sea eficaz y útil es muy importante que los protagonistas de esta iniciativa emprendan este proceso por decisión propia y muestren interés por igual. Si solo es uno de los dos quien realmente considera que necesitan la terapia y se implica en las sesiones, el resultado de este proceso estará condicionado por esta circunstancia. 

Una relación es de dos, y esa historia que comparten debe ser atendida por los dos miembros de la pareja; ambos deben estar realmente presentes en el proceso de terapia.

Que una de las partes no vea la necesidad de acudir a terapia y se haya visto forzada, que no participe activamente ni con motivación o que no tenga confianza en que los problemas que arrastran se puedan solucionar, de entrada, es un mal comienzo y lastra enormemente la evolución de la terapia. Incluso puede llegar a bloquear o sabotear el trabajo del psicólogo para parejas.

Por ello, es compromiso de la pareja ser honestos con la visión sobre la terapia conjunta y la motivación que traen, y es tarea del profesional testar en las primeras sesiones si vienen ambos con el mismo interés y objetivos.

Conclusión sobre las terapias de pareja

Bueno… ¿qué te ha parecido esta guía? He intentado condensar toda la información que considero importante si os encontráis en el punto de apostar por una terapia de pareja para vuestra relación.

Espero haberlo conseguido.

Por último, me gustaría decir que no hay que esperar demasiado para pedir ayuda si ves que la relación no marcha bien. Los terapeutas para parejas no vamos a solucionar los problemas, pero sí ayudaremos en el modo de resolverlos

Muchas veces hay deseo de comunicarse y entenderse, pero no sabéis cómo mejorar estos aspectos. La buena noticia es que todo se aprende, con ganas, voluntad y compromiso para el cambio. Con un poquito de paciencia, tiempo, comprensión y colaboración mutua, puedes conseguir una relación más sana y de calidad, que será la envidia de todos.

Puedes empezar por aquí, descargando esta guía gratuita para tener discusiones de otra manera.

Gracias por haber llegado hasta aquí y para cualquier duda, te leo en los comentarios.

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Soy Blanca, psicóloga y terapeuta transpersonal, especializada en terapia del inconsciente. Te ayudo a crecer superando las heridas emocionales y conectando con tu sentido de vida, para disfrutar de mayor plenitud y consciencia.

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