Las últimas investigaciones estudian el corazón como centro energético e inteligente del cuerpo. Consideran que más asombroso que lo que este órgano puede hacer por sí sólo, es lo que logra cuando actúa en sincronía y armonía con el cerebro y otros sistemas. Esta profunda y apasionante relación es lo que se conoce como coherencia cardíaca.
Es el flujo de conciencia, comprensión e intuición que experimentamos cuando la mente y las emociones se ponen en la alineación coherente con el corazón. Lo que pone de manifiesto la existencia de un sistema de comunicación bidireccional entre el corazón y el cerebro. Los investigadores han puesto de manifiesto la existencia de cuatro clases de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro:
1.Neurológica, mediante la transmisión de impulsos nerviosos.
2.Bioquímica, mediante hormonas y neurotransmisores.
3.Biofísica, mediante ondas de presión.
4.Energética, mediante interacciones electromagnéticas.
Un poquito de ciencia al servicio
“Sin duda alguna, el corazón y el cerebro son los órganos más importantes de nuestro sistema y los lazos que los unen son diversos. Seguramente ya te habrás dado cuenta: con la mínima emoción, el mínimo miedo, el corazón se acelera.
Pero lo que quizás no sabes es que los lazos entre el corazón y el cerebro son recíprocos: calmar los latidos del corazón ayuda a hacer desaparecer aquello que te atormenta. Para convencerte de ello, basta con observar cómo el hecho de inspirar profundamente cuando estás nervioso disminuye el ritmo cardíaco y tranquiliza el cerebro. Obviamente, controlar el corazón voluntariamente parece difícil. Sin embargo, es posible actuar sobre el ritmo cardíaco de forma indirecta, trabajando mucho la respiración que así mismo incide directamente en la emoción. Es en este punto donde interviene la coherencia cardíaca”. (Alian Sousa y Dr. Georges Stoleru).
Un sencillo ejercicio para potenciar la inteligencia cardíaca
- Dirige tu atención hacia el área del corazón en la región central del pecho.
- Respira de forma lenta y profunda imaginando que el aire entra y sale a través del corazón.
- Comienza a conectar con la sensación de calor y expansión que surge en el pecho.
- Evoca ahora una imagen o un recuerdo que te produzca un sentimiento de gratitud o de felicidad y deja que te invada ese sentimiento.
Referencias: Extraído del los manuales de formación de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal.