A menudo la convivencia, las tensiones e incluso el estrés en la vida diaria, entorpecen un mayor ejercicio de la empatía en las relaciones de pareja. Aparece el resentimiento y la frustración debido a comportamientos del otro que valoramos como negativos, que no alcanzamos a entender y que además suponemos intencionados.
Estos son algunos escenarios habituales:
- Durante meses, se suponía que tu pareja debía realizar los trámites oportunos con su entidad bancaria para llevar a cabo una serie de cambios con el seguro del hogar y tarjetas de crédito, ya que os está suponiendo gastos adicionales que no deseáis. Pasan los meses y la gestión sigue pendiente.
- Has pedido a tu pareja innumerables veces que cuando viajáis en coche no ponga un grupo de música determinado, porque te desagrada. Pero cada vez que realizáis un viaje largo acaba poniendo esa banda. ¿Cómo puede olvidarse siempre?
- Ambos pensabais que el otro se había comprometido a hacer la cena. Es casi medianoche y ninguno de los dos la hizo. Esta es la gota que colma el vaso de todas las otras veces que tu pareja no hizo la cena cuando dijo que la haría.
Estas situaciones son representativas de los conflictos habituales en las parejas. Con estas vivencias se generan resentimientos que llevan a importantes problemas cuando no se manejan con una comunicación efectiva.
Si no se controla adecuadamente, el resentimiento dará lugar a la ira, que pone en juego muchos más recursos emocionales y que convertirá el resentimiento inicial en una espiral fuera de control.
Pero, ¿de qué manera podemos tratar con el resentimiento para evitar su posible escalada hacia la ira? La solución está en canalizar la consternación que nos ha producido el comportamiento de nuestra pareja a través de la empatía, para de este modo tratar de entender su punto de vista.
No es fácil desde luego mostrar empatía hacia nuestra pareja cuando sentimos que nos molesta de forma deliberada o actúa sin tener en cuenta nuestros propios sentimientos o deseos, pero aquí te mostramos algunos simples consejos que te ayudarán en esta difícil tarea:
Expresa tus sentimientos en primera persona
No emitas juicios de valor ni te refieras a la personalidad o actitud del otro. Usa el “yo” como comunicación asertiva. He aquí un ejemplo sobre cómo expresar descontento por las acciones de tu pareja: “Me siento muy molesta porque seguimos pagando mucho por el seguro de la casa y las tarjetas de crédito. Me gustaría saber si puedo ayudarte con este asunto porque voy a sentirme muy aliviada y relajada cuando esté hecho el cambio”.
Cuenta hasta diez antes de hablar
Esto te ayudará a elegir las palabras con más cuidado y no dirás algo de lo que más tarde puedes arrepentirte.
Quizá te guste conocer este dato. Diez segundos es, aproximadamente, el tiempo que tarda una información en pasar desde nuestro cerebro emocional, más primitivo, al racional, la corteza cerebral, más evolucionada. Este tiempo marca la diferencia entre actuar impulsivamente o de forma más meditada.
Ponte en el lugar del otro
Ponerse en el lugar del otro es intentar sentir lo que el otro siente, comprender su punto de vista y sus emociones presentes. La comprensión es fundamental cuando se trata de aceptar a la persona que tenemos en frente. Valora principalmente sus intenciones y sus motivos, no tanto el resultado.
Practica la escucha activa
Una buena estrategia para garantizar que has comprendido bien, es repetir lo que has oído con el fin de confirmar que estás entendiendo, y afirma los sentimientos de tu pareja (“entiendo que te sientas de esa manera”, “es normal que estés enfadado”, etc…).
La escucha activa implica ofrecer disponibilidad, responder asertivamente y mostrar interés por la persona que habla. Se trata de escuchar no sólo lo que el otro expresa directamente, sino también sus sentimientos, pensamientos y emociones.
Conecta físicicamente
Aunque sea más complicado el contacto físico cuando se está molesto con la pareja, ayuda enormemente en esos momentos de tensión. Hablamos de un abrazo, de mirarse a los ojos, no de relaciones sexuales, aunque también pueden ser útiles. Incluso no estando en el mismo momento emocional durante el proceso de resolución, la conexión física puede ayudar.
De hecho, algunos terapeutas sugieren que si la relación pasa por una mala racha, tener relaciones sexuales programadas es aconsejable. La conexión programada podría poner las cosas bajo una luz diferente y ayudar en la resolución del resentimiento.
Busca un punto intermedio
Para canalizar el resentimiento mediante la empatía es necesario a menudo encontrarse en un punto intermedio, en “un campo de juego” que sea neutral. En una discusión generalmente ambas partes quieren quedarse con la razón y ganar el partido, pero cuando lo consiguen se encuentran a kilómetros de distancia de su pareja. Cuantos más pasos se dan en esa dirección más nos acercamos a la comprensión del otro, al tiempo que nos alejamos de los extremos.
Practica la empatía diariamente
La buena noticia es que la empatía se entrena y con ello podemos llegar a ser más empáticos en las relaciones afectivas. Es necesario hablar con nuestros cónyuges sobre cómo se sienten, mirando a los ojos, y abiertos a experimentar las emociones del otro. Una vez que la empatía se convierte en un comportamiento intrínseco, el resentimiento suele convertirse en una cosa del pasado.
En definitiva, la empatía es el mejor antídoto contra la ira en las relaciones. Los sentimientos de empatía estimulan además la reducción de la ansiedad natural, y cultivarla como parte esencial de la relación va a tener un impacto no sólo en la convivencia si no en sentirse más conectados y menos estresados.
1 comentario en “Cómo potenciar la empatía con tu pareja”
Hola me interesa terapia
Del inconsciente y curar mis heridas, la más fuerte abandono, injusticia..