Cómo disfrutar de una relación de pareja sana

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Voy a ir directa al grano: para disfrutar de una relación de pareja sana, primero debes haber elegido bien a esa persona. Y una buena elección parte de conocerse en profundidad a uno mismo para elegir el compañero o la compañera de vida más adecuado para ti.

Puede parecer bastante evidente, pero en la práctica no lo es tanto…

Tu relación de pareja la construyes sobre los cimientos de la relación que tienes contigo: cómo te quieren es el reflejo de cómo te quieres. Por eso conocerte bien, identificar tus sombras y luces y la historia pasada que construye tu identidad personal, son fases que no debes saltarte si quieres una relación de pareja saludable.

En el amor no solo hay que abrir y activar el corazón, es necesario hacer lo mismo con la mente, es decir, reflexionar sobre lo que queremos, cómo lo queremos y con quién deseamos compartirlo.

Y por si esto no fuera suficiente, también es necesario aprender a distinguir desde una buena autoestima, qué comportamientos, patrones e interacciones son adecuados, respetuosos y de valor en una relación de pareja, y cuáles nos debilitan, entristecen y enferman. El cine, la televisión, los cuentos malentendidos, la publicidad, etc., no han ayudado demasiado a localizar modelos de relaciones interpersonales saludables.

A lo largo de estas líneas, identificamos qué es una relación sana y constructiva, cómo distinguirla de las relaciones comúnmente llamadas tóxicas, y cómo crear junto con tu pareja una relación sana, nutritiva y feliz. 

¡Pongámonos manos a la obra!

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¿Qué es una relación sana?

Hay mucha confusión en este tema: ¿qué es lo “normal” en una relación?, ¿qué no es sano?, ¿cómo construir una relación de pareja sana? o ¿cómo acabar con la dependencia emocional? son algunas de las preguntas más comunes que me hacen las parejas que vienen a mi consulta.

Voy a intentar poner orden a todo esto.

Una relación sentimental sana se basa en la relación entre dos personas que deciden emprender un camino de vida juntos, manteniendo su individualidad, y generando entre ellos intimidad, buena comunicación y respeto.

Pero, ¿cómo saber si estás en una relación sana? 

Para empezar a valorarlo te propongo comprar un termómetro para medir la temperatura de tu relación teniendo en cuenta estos tres factores imprescindibles:

La igualdad
La reciprocidad
El bienestar

Lo vemos por separado.

La igualdad

Con igualdad no me refiero solamente a la igualdad de género (que debería darse por supuesto aunque, a pesar del camino recorrido, queda bastante por avanzar). Me refiero a que los dos miembros de la pareja se vean y se sientan en igualdad de condiciones, derechos y libertades en ese terreno muchas veces tan complejo de la afectividad y el amor. 

¿Cuántas veces un miembro de la pareja siente que el otro puede permitirse actitudes, comportamientos y deseos que él no? 

Pongamos un ejemplo: una de las partes invierte más tiempo en sus hobbies mientras que la otra siente que dispone de menos tiempo individual para sus amistades o familia. En este caso habría que estructurar adecuadamente los tiempos y que ambos se permitan disfrutar de un tiempo particular distribuido de forma equitativa y acorde a las necesidades y gustos de cada uno. 

Con igualdad también perseguimos que ambos miembros se sientan libres a la hora de expresarse, plantear sus preferencias, hablar de lo que les gusta o disgusta… Si una de las partes ve que cada vez que expresa una opinión contraria, la otra persona reacciona de forma desmedida, mientras esta se permite hablar de lo que no le gusta con total libertad, nuevamente no estamos en igualdad. 

Para que una pareja sienta que mantiene una posición igualitaria es imprescindible situarse en el rol que corresponde a una relación afectiva, amorosa y sexual. Ambas partes deben representar el rol que les corresponde, deben verse y sentirse como lo que son: dos personas inmersas en una relación simétrica. 

relaciones de parejas sanas

El rol que corresponde a una relación de pareja sana es el de amantes, amigos y compañeros de vida.

Si un miembro de la pareja se coloca en una posición excesivamente protectora, haciendo más de madre o de padre del otro que de amigo y pareja, estarán rompiendo un equilibrio necesario y haciendo de su relación un intercambio asimétrico.

La reciprocidad

En toda relación humana saludable, así como en las relaciones amorosas, la reciprocidad es lo mínimo que deberíamos entregar y obtener

El acto de dar y recibir, así como la expresión “da sin esperar nada a cambio”, en mi opinión ha sido mal interpretado e inadecuadamente puesto en marcha en nuestras relaciones. Vamos a darle aquí una mejor interpretación y entendimiento al hecho de dar y recibir, en concreto en las relaciones de pareja.

En una relación de pareja sana y armónica, nuestro primer compromiso sería el de dar, aportar y nutrir la relación.

Dar desde la expectativa de recibir después, tiene mucho más que ver con lo que carecemos que con lo que tenemos. Vernos inmersos en relaciones en las que nos entregamos y aportamos de nosotros, sin ver la apertura y la generosidad de la otra parte, es uno de los síntomas de haber establecido una relación no saludable.

Nuestra capacidad para dar tiene que ver con nuestro potencial como personas, con nuestra madurez emocional y con las ganas de mostrar nuestros sentimientos. Pero es esencial disponer de la capacidad para recibir con la misma generosidad con la que damos, de sentirnos merecedores y de no aceptar en ningún caso una relación en la que finalmente no se recibe, no se es valorado ni reconocido.

No des esperando recibir. Da porque “tienes” y porque “eres”. Da por el mero placer de llenar al otro y de entregarle todo tu valor. Pero si no recibes, plantéate qué tipo de relación mantienes, porque no está basada en la reciprocidad. 

No caigamos en el “buenismo”, en intentar ganar el afecto de los demás vendiéndonos y regalándonos, sin ponernos un valor. 

dar y recibir

El bienestar

Cuando hablamos de una relación de pareja sana psicológicamente nos referimos a una relación en la que predomina el bienestar, la seguridad y el cuidado. En mi experiencia con cientos de parejas en terapia, veo con demasiada frecuencia que las personas se han acostumbrado a vivir en relaciones incómodas y carentes de ese bienestar emocional básico del que deberíamos partir.

El bienestar en pareja está caracterizado por un intercambio de emociones agradables, con sentirnos relajados y con disponer de la confianza para mostrarnos como somos. 

Cuando hay bienestar en la pareja surgen las ganas de estar juntos y de compartir.

Sentirse a gusto con la que se supone que es la persona con la que mantienes una de las relaciones de tu vida con más intimidad, no tendría que ser un lujo ni tampoco negociable

Cuando hay bienestar, hay alegría, serenidad y compenetración. Cuando no hay bienestar supone un síntoma de enfermedad en la relación y la pareja debería plantearse de dónde surge ese malestar y revisar la calidad de su convivencia cotidiana y emocional.

Ahora que ya tienes tres pistas básicas para poder discernir si tu relación está sana o si por el contrario padece síntomas de enfermedad (que pueden ser desde un resfriado hasta un cáncer), nos adentraremos en otros signos que distinguen las relaciones saludables de las tóxicas.

relaciones amorosas sansas

¿Qué es una relación sana?

Mucho se habla de relaciones tóxicas y es un término muy usado en lo cotidiano. Pero, ¿realmente sabemos distinguir entre lo sano y lo tóxico?

Confundimos “relación tóxica” con una relación que no funciona bien, en la que no existe afinidad, ni compromiso, ni luz, y en la que hay carencia. Pero que la bollería industrial no sea sana no significa que sea un alimento tóxico o venenoso, ¿verdad? 

Pues este símil podemos aplicarlo de igual manera a la hora de calificar una relación de pareja, es decir, que no sea saludable no significa que sea tóxica.

Pasemos por tanto a describir las relaciones tóxicas, porque en muchas cuestiones es más fácil comenzar distinguiendo lo que no queremos o lo que no deberíamos aceptar, que interiorizar qué es una relación de pareja sana.

Distinguirás una relación tóxica por estos factores:

 

  • Las faltas de respeto y los insultos.
  • Las agresiones físicas y verbales.
  • Las humillaciones.
  • La falta de reconocimiento y valoración.
  • Los desprecios.
  • La manipulación.
  • El daño intencionado.
  • La falta de apoyo y de empatía.
  • El egocentrismo y el egoísmo.
  • Una sexualidad abusiva y/o despersonalizada.

Nadie quiere formar parte de una relación así y, sin embargo, muchas personas crean, aceptan y mantienen vínculos con esas características e intercambios totalmente inaceptables. 

Estas relaciones son cianuro. Pero, ¿cuáles son bollería industrial?

Son relaciones que no han funcionado como deberían desde el comienzo, con signos como los que voy a enumerar a continuación, o relaciones que, con el paso del tiempo, los conflictos y la falta de cuidado, se han deteriorado seriamente.

Las relaciones pueden repararse con paciencia, compromiso, aceptación y autorresponsabilidad, pero no en todos los casos.

En concreto, será difícil solucionar las relaciones de pareja en las que la falta de afinidad y sincronía acaban ganando por goleada a ese compromiso y auto responsabilidad que acabamos de mencionar. 

Estas relaciones que están a caballo entre las relaciones tóxicas y las relaciones sanas, están cargadas de:

  • Falta de comunicación, escucha y entendimiento.
  • Distancia emocional y afectiva.
  • Falta de afinidad.
  • No compartir tiempo juntos. 
  • Discusiones frecuentes.
  • Reproches.
  • Falta de autorresponsabilidad.
  • Falta de cuidado y nutrición del vínculo.
  • Conductas evitativas.
  • Vacío y sentimientos de tristeza o enfado.
  • Insatisfacción mutua.
  • Sexualidad insatisfactoria (en cantidad y/o cualidad).
  • Desilusión y decepción.
discusiones
Una vez hecha la diferenciación entre las relaciones tóxicas (el cianuro) y las relaciones que necesitan repararse o mejorarse (como la bollería industrial), podemos preguntarnos… ¿qué es una relación sana?, ¿aquella cuya dieta es a base de frutas y verduras? Lo vemos a continuación.

Las bases de una relación saludable

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En una relación sana la pareja siente bienestar, mantiene un intercambio recíproco y suelen tener intereses y proyectos comunes, pero, ¿con esto ya es suficiente para crear una relación afectiva saludable? 

No está mal para empezar, pero una relación de pareja armónica se construye sobre otros pilares, rutinas, actitudes y valores esenciales para vivir el amor en plenitud.

En definitiva, las bases sobre las que construir un amor que aporte paz interior y nos ayude a crecer como personas, se fundamentan en estos 5 pilares:

Buena comunicación
Respeto mutuo
Interés, ganas y deseo
Aceptación
Admiración
1

Buena comunicación

Ambos miembros de la pareja deben tener la intención de escucharse y entenderse, el compromiso de ser sinceros y claros al hablar. 

Mantener las emociones equilibradas a la hora de discutir o ante una conversación tensa, puede ser un reto, pero también una gran satisfacción y fortalecimiento de la relación cuando esto sucede.

2

Respeto mutuo

Se trata de respetar la opinión del otro, sus gustos, sus deseos y sus necesidades.

Tratar con respeto a la pareja es verle y reconocerle en todas sus dimensiones, considerar sus sentimientos y relacionarse con ellos con sumo cuidado y consideración. 

Dos personas seguro que no pueden estar de acuerdo en todo, pero esta circunstancia no tiene por qué impedir que den validez a la posición de la otra parte.

3

Interés, ganas y deseo

Es vital que una pareja mantenga las ganas, la atracción y el deseo sexual por la otra parte.

Una aclaración: cuando hablo de dejarnos guiar solo por las pasiones y deseos como algo que quizá no nos lleve a buen puerto, no me refiero en absoluto a que la sexualidad no sea importante. Me refiero al hecho de cegarse en la etapa del enamoramiento únicamente por estos sentimientos y emociones, y obviar lo importante de contrastar si existe acople en todo lo demás.

 Aclarada esta cuestión, es esencial que la pareja siga sintiendo atracción recíproca, aunque no sea con la misma intensidad y forma que al comienzo de la relación. Es muy importante que sientan ganas de compartir intimidad y que haya intercambios “picantes y con sal”. Está bien poner un poco de aliño a esa dieta saludable a base de frutas y verduras. 

Sentir que se convive con un compañero o compañera de piso, no es ni estimulante ni alentador. La mayoría de las parejas echan de menos ese compartir sexual e íntimo cuando está excesivamente mermado, cuando es insatisfactorio o sencillamente es inexistente.

el deseo en las relaciones de pareja
4

Aceptación

Si no acepto al otro tal y como es, en realidad lo que quiero es otra persona diferente. Que nos guste absolutamente todo de nuestra pareja solo sucede:

  • en las películas, en las que, por norma general, se plantea una imagen del amor y de las relaciones bastante irreal
  • durante el enamoramiento, en el que las hormonas, la pasión y los deseos ciegan la verdadera mirada del amor y el aprecio
  • o en proyecciones idealizadas del amor de pareja con las que se espera y se cree que todo es y debe ser perfecto 

La aceptación es la integración de aquello que no podemos cambiar. La pareja aporta una esencia indivisible con la que convivir y a la que amar en todas sus vertientes. 

A veces se comportará de formas que no nos gustan o usará maneras que no son las nuestras, y es en estos momentos en los que desde la madurez y la aceptación necesitamos mostrar toda nuestra apertura a la diferencia y a la variedad que muchas veces supone la relación entre dos identidades que provienen de diferentes mundos.

5

Admiración

El amor debería llegar a nosotros desde la admiración. Sentir admiración por la persona que tenemos al lado es uno de los signos de amor profundo y perdurable. 

Cuando se rompe la admiración, al igual que cuando se quiebra la confianza, la pareja entra en una zona delicada y debilitada, en algunos casos de difícil recuperación. 

La admiración y el orgullo son sentimientos de calado hondo. El mero hecho de sentir orgullo cuando paseas por la calle con tu pareja o cuando te reúnes con otros amigos y él o ella te acompaña, es un signo de aprecio, validación y unión con tu pareja.

admiración en relaciones sanas

¿Estás listo para disfrutar de una relación de pareja sana?

Quizá estés pensando que es difícil construir una relación basada en la buena comunicación, el respeto, la admiración, la igualdad, la aceptación, el bienestar… Pero la verdadera dificultad la encontramos cuando asociamos una buena relación con la existencia de pasión y de emociones intensas, y olvidamos en mayor medida que una buena relación va cargada de buenos valores. 

Y esto no quiere decir que no surjan problemas, dificultades y diferencias a veces complicadas de resolver, sino que cuando todo esto aparece no lo soluciona ni la pasión ni el deseo, sino una buena comunicación, el respeto y la aceptación.

Una relación saludable no surge de la intensidad y la ebullición, surge de la voluntad de dos personas por construir una casa bonita con buenos cimientos, en la que comer cada día alimentos sanos, dejando de lado el cianuro y la bollería industrial. 

Una relación de pareja sana y feliz se crea entre dos buenas personas que desean evolucionar cada día para ofrecer lo mejor de sí mismas. Una buena relación de pareja no comienza en el otro, comienza en ti y en lo que tengas o estés dispuesto a dar.

Espero que este post te haya ayudado a discernir entre una relación sana, una tóxica y una que necesita ayuda. Quizá sea un buen momento para reflexionar si tu relación es como quieres y, si no es así, ponerse manos a la obra para hacer los cambios necesarios que te permitan disfrutarla plenamente.

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Soy Blanca, psicóloga y terapeuta transpersonal, especializada en terapia del inconsciente. Te ayudo a crecer superando las heridas emocionales y conectando con tu sentido de vida, para disfrutar de mayor plenitud y consciencia.

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